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Novela Conjunta

La belleza de una forma cerrada en sí misma (E. Anderson Imbert)

 Un cuento con principio, medio y fin posee la intensa unidad de un acto vital, excepto que, al crear un cuento diminuto, el cuentista es libre para imaginar, si le da la gana, acciones que transcurren a lo largo de siglos. Puede, si quiere, reducir a un párrafo la inacabable historia del inmortal Judío Errante, que sería como derramar todo un mar en una gota de agua salada. La amplitud del tema es lo de menos. Lo instantáneo en un cuento es la intuición poética, que es como un éxtasis, con que el cuento descubre una intriga singular, estéticamente valiosa, y salta a una forma expresiva que termina en un desenalce imprevisto. El microcuentista descubre el valor estético de una imagen incongruente, de una situación singular. En un rapto de simpatía se instala en el interior de esa realidad inventada para gozarla en lo que tiene de original y para expresaarla con símbolos exáctos.

Enrique Anderson Imbert

1 comentario

jacin -

Me gusta el nombre de Alf.